Dado que la portada es lo primero en que se fija la gente, se entiende perfectamente que deba diseñarse algo visualmente llamativo para que el público se interese por un producto como un libro o una película. Por desgracia, esta estrategia de marketing se había efectuado numerosas veces en la industria cinematográfica con tanto descaro que se publicitaron films lamentables con carátulas atractivas, y el género de terror es un buen ejemplo de ello.
Ya que he sacado el tema, citaré diez largometrajes de terror que no estuvieron a la altura de sus respectivos pósteres o simplemente no dan lo que prometen.
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- Ghost Lake (2004) -
Iniciamos con un póster que no es nada del otro mundo, aunque lo importante es recalcar que en ningún momento del film vemos zombis emergiendo del agua ni nada similar. No le llega ni a los talones a cierta obra de John Carpenter estrenada en 1980 (y eso que no logró parecerme ninguna joya).
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- It's Alive (1974) -
Aquí tan sólo declaro que el metraje me sobrecogió muchísimo menos que la portada, ya que se desarrolla latosamente y el monstruo, además de estar pobremente diseñado, aparece muy poquito.
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- The Awakening (1980) -
Puede que un film protagonizado por Charlton Heston se vea prometedor, pero ese nunca ha sido mi caso, y menos todavía cuando visioné este tostón que sólo me había atraído por su carátula, la cual atemoriza más que cualquier minuto de su metraje que, para más inri, concluye cuando por fin se ponía interesante.
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- Cry of the Banshee (1970) -
Pudo haberse tratado de otra mediocridad setentera de terror más o menos disfrutable que destaca inicialmente por su portada. Sin embargo, resultó ser una cagada que ni siquiera se mantuvo a flote gracias al egregio Vincent Price, más que nada porque en la película no aparece ningún fantasma 'banshee' (tócate los huevos).
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- Sharkenstein (2016) -
Damas y caballeros, estamos ante una de las cintas sharksploitation más paupérrimas de la historia. Ya sabemos lo pretenciosas que suelen ser las monster-movies, pero «Sharkenstein» es de esas que cruzaron la línea, pues su portada ostenta una espectacularidad que dentro del metraje ha transmutado en vergüenza ajena. No hay chicas en bikini surfeando, tampoco hay aviones militares y el tiburón no sólo se ve mucho más cutre, sino que además se proyectó mediante algunos de los peores efectos digitales que he contemplado jamás.
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- Scalps (1983) -
Uno de esos pósteres que encandelarían sin mucha dificultad a cualquier cliente conformista de un videoclub... para que después se lleve una decepción del quince mirando la película en su casa. ¿Por qué? Buscad fotogramas en Google y lo adivinaréis enseguida.
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- Tentacoli (1977) -
Parece irónico que una de mis portadas favoritas del casposo mundo de las monster-movies pertenezca a una de las que menos me hayan gustado dentro de tal temática. Lo único salvable, aparte del póster, es la banda sonora («Too Risky A Day For A Regatta» de Stelvio Cipriani).
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- The Video Dead (1987) -
Podrá parecer una de esas cintas de serie B que al menos se dejan ver por su encanto ochentero, pero honestamente no es ni la mitad de entretenida que «Terrorvision» (1986)...
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- Rings (2017) -
Después de tantos años de ausencia, el regreso de nuestra amada Samara Morgan generaría expectativas tan altas que cierta película estaba predestinada a decepcionar a más de una persona... pero en este caso se terminó ganando el repudio de demasiada gente por ser incluso peor que aquella secuela de 2005 que me gustó tanto como su prestigiosa antecesora (o quizá más). El póster de «Rings» es mi preferido de toda la franquicia, aunque el film fue casi tan pésimo como cierto crossover con la saga Ju-On.
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- Open Water (2003) -
Ya sé que este póster no será el mejor de la lista y además pertenece a otro film de tiburones que, a diferencia de «Sharkenstein», tiene algo de valor, empezando porque se basó en hechos reales. No obstante, aunque tal portada me genere temor eficazmente a raíz de mi talasofobia (miedo a las aguas profundas), el film se desarrolla de un modo muy tedioso, con personajes insulsos y un irritante apartado sonoro... aparte de un final casi carente de emoción.
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